Las mallorquinas imponen su estilo sobre la fachada principal. Gracias a las diversas posibilidades de combinación se pueden realizar proyectos individuales y cumplir con las exigencias arquitectónicas formas, superficies y colores, lamas y paneles.
Con las mallorquinas se puede controlar la entrada de luz o la sombra, así como regular la vista que se desea. Si las mallorquinas se encuentran cerradas, actúan también como protección contra robos y favorecen el aislamiento térmico y acústico.
Las mallorquinas de PVC son aislantes y no tienen ningún efecto de radiación.
Gracias al uso de PVC de excelente calidad y herrajes protegidos contra la corrosión, la mallorquina mantiene su valor y prolonga su longevidad.
Además son resistentes contra la intemperie y requiere de poco mantenimiento.